miércoles, 27 de mayo de 2015

No me quito el vicio de esperarte en casa, apoyando mi cabeza en el cristal. Y cuando empaño de un suspiro la ventana dibujo un tres en raya que vuelvo a empatar. No consigo hacer nada sin darme cuenta y es el precio de aprender a no llorar. Y aunque a veces nada indica que compensa me niego a dar la vuelta y hacerme menor de edad. Si algún día nos cruzamos no respondas ni hagas caso a los subtítulos que bajo mi sonrisa sabes ver. Yo te diré que voy tirando, negaré que estoy llorando y fingiré que el tiempo todo lo curó. Y en realidad nunca te olvido, fuiste mi único camino y tu sonrisa un buen motivo para ser alguien mejor. Y aunque te cuenten que me vieron de princesa en algún cuento, no hace falta que te diga que tan solo cuentos son. 

domingo, 17 de mayo de 2015

Puedo darte melodías, hacer rimas en tu nombre. Pero nunca llegaré tan lejos para devolverte tanta paz, tanta melancolía, tanta pausa en mi vida.