lunes, 2 de septiembre de 2013

Ya nada te importa, ya nada es igual, llevo cuatro meses sin poder hablar. Es que aunque no llames yo si quiero verte, no he podido yo sacarte de mi mente, y aún no quiero perderte. Mientras me castigo con la soledad, ¡juegas a vestirte de felicidad! Y aunque a tus amigas no les digas nada, tú también lo sabes se ve en tu mirada, aunque sigas callado. Haré lo necesario para olvidarte, aunque me toque cambiar y no ser nunca más lo que fui ya no me importa igual no volverás. Haré lo necesario para no pensarte, la vida pasa y tú igual y aunque voy a llorar poco a poco entenderé que nunca volverás. Pido llorando al cielo un poco de razón, pido que vuelvas con mi corazón, entiende si te ofendo que no es mi intención. Y es que lo que duele no es que te hayas ido, más que no tenerte me duele tu olvido, que sepas que te quiero, es lo único que pido. (Sé que es tarde y perdón por la hora no sé si escribirte o si te llamo sé que no estas solo, te confieso que ni el ego me dejo cantarte ni el tiempo olvidarte y no es que no te quiera es que ni pude hablarte. Guardo en mi cabeza lo bueno ya me olvidé de lo malo y aprendí que la tristeza me hace mejor ser humano, ahora soy una mujer nueva y soy mejor, y aunque me prometa olvidarte por ti aprendí que es amor. Girasoles, once meses, mis canciones, tu mirada, yo sé que también te acuerdas y no es malo eres humano. No te escribo para nada diferente a recordarte, que a pesar de los seis meses sin hablar y no mirarte yo te quiero, y no para volver te quiero porque parte tuya me ha enseñado que es amar y que es crecer. Ya no siento más, y con la mano en el corazón se que hoy te vas y poco a poco entenderé que nunca volverás). 

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