sábado, 5 de abril de 2014

Odio ser consciente a todas horas. Por eso, cierro los ojos. Y veo un mundo derrumbarse. Escucho las explosiones. La gente riéndose mientras se quema. Arden, consumidos. Se abrazan. Y luego lloran. Después sólo quedan cenizas. Y la resaca. Esa horrible resaca que te lleva a pensar que el precio de la libertad es demasiado alto. Pero te vas. Y cuanto estás lejos, abres los ojos. Ya no queda nadie. Nada. Ground control to major Tom, ground control to major Tom…

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