sábado, 20 de septiembre de 2014

Dieciocho motivos para dejarte, catorce consejos para olvidar. Quinientas razones para odiarte, saco la cuenta y a sumar. Millones de ovejas para el desvelo, cóctel de pastillas para dormir, catorce las muestras de tu pelo, como cuchillos de faquir. ¿Cuándo fue que se fue tu amor? ¿cómo fue que se fue sin mi? (que no amanezca por favor). Se trepa la luz por la ventana, se escuchan los autos por ahí, tu adn está en la cama, y yo lo clono para mí. De tantas formas siento miedo, que he preferido no salir; sesenta veces dije "puedo", ochenta más me arrepentí. ¿Cuándo fue que se fue tu amor? ¿cómo fue que se fue sin mi? 
¿Quién te besó lejos de aquí mientras te inventaba en la cama? ¿Quién te rozó, lejos de mi, quién te acompaña esta mañana? ¿Cuánto perdí? ¿Quién te ganó? ¿Qué hago con este miedo al futuro? Saco la cuenta y a restar. 
Son siete lunes por semana, son treinta inviernos cada mes; las horas son de porcelana, la vida un juego de ajedrez. Dejaste minas en la casa, con objetivos de matar. La vida llora cuando pasa, la suerte ríe en el placar. ¿Cuándo fue que se fue tu amor? ¿Cómo fue que se fue sin mi?(Dejaste tu sombra merodeando sin permiso por la casa. La huella en la alfombra de tu espalda como cráter en la luna, y tu reflejo en el espejo).

Entonces pasa. Pasa que todo lo que un día te prometieron, nunca lo cumplieron. Pasa que el mundo en el que vivías era irreal, era una fantasía creada a base de mentiras. Los engaños dolieron y las decepciones te consumieron, pero los recuerdos siguen vivos, como si la vida se encargara de recordarte lo estúpido que fuiste y lo mal que procediste. No es un castigo ni mucho menos lo que te mereces, es una lección que tenías que aprender, porque aprendiendo es que crecemos y crecemos cuando aceptamos que cometimos errores, que podíamos haber tomado mejores decisiones y que ahora esas decisiones juzgarán que tanto aprendiste o que tan estúpido eres para volver a caer.