sábado, 20 de septiembre de 2014

Entonces pasa. Pasa que todo lo que un día te prometieron, nunca lo cumplieron. Pasa que el mundo en el que vivías era irreal, era una fantasía creada a base de mentiras. Los engaños dolieron y las decepciones te consumieron, pero los recuerdos siguen vivos, como si la vida se encargara de recordarte lo estúpido que fuiste y lo mal que procediste. No es un castigo ni mucho menos lo que te mereces, es una lección que tenías que aprender, porque aprendiendo es que crecemos y crecemos cuando aceptamos que cometimos errores, que podíamos haber tomado mejores decisiones y que ahora esas decisiones juzgarán que tanto aprendiste o que tan estúpido eres para volver a caer. 

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