miércoles, 16 de octubre de 2013

Leí mil veces "El Principito". Me gusta encontrarle un nuevo significado cada vez que lo leo; por ejemplo, el de los Baobabs, para mí, habla de las decisiones. Decidir qué cosas dejar crecer y cuáles cortar de raíz, son decisiones que te quitan el sueño. Cuando crece un brote, hay que saber darse cuenta si es de Baobabs o es de otra cosa. Tal vez decidís cortarlo de raíz por las dudas de que sea un Baobab y, por miedo, te perdes un rosal que te haría feliz; o lo dejas crecer convenciéndote que es sí o sí un rosal, y cuando realmente te das cuenta de que era un Baobab que va a destruir tu mundo, ya es tarde.
A veces, un Baobab tiene cara de rosal y lo dejas crecer, y cuando te das cuenta de que era un Baobab ya te aplastó. Es muy difícil decidir si es un brote de un rosal o de un Baobab, pero hay que hacerlo, porque los Baobabs son muy peligrosos. La vida son como dos películas que pasan al mismo tiempo. Una, te muestra el presente, y la otra, muestra el futuro. Lo que vos decidís en el presente, sí o sí, te cambia el futuro.
El miedo y la culpa te llevan a cortar todo de raíz, sean Baobabs, rosales, sueños, pesadillas… Queremos evitar que los Baobabs crezcan y hagan destrozos, pero, ¿es posible, o esos destrozos serán parte de la vida, parte del aprendizaje, parte de éste viaje? Decidís algo y tu futuro va a ser de una manera. Decís otra cosa y tu futuro cambia. No decidís nada, y te quedas vacío. Por eso cuesta tanto decidir, porque lo que decidís, es tu futuro. Cada decisión  cambia todo. No nos gusta elegir, rogamos, suplicamos, deseamos que otros decidan por nosotros. A veces no sabes que estás tomando la decisión equivocada y eso te lleva directo a la ruina, pero siempre, se trata de tomar decisiones. 

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